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Mostrando entradas de enero, 2020

hoy no es la noche.

El taxista le estaba dando de hostias a Torres. Se lo merecía. Yo los observaba desde dentro del coche sin ningún tipo de compasión. Me imagino que a todos nos ha pasado alguna vez, que la noche nos da señales de que todo está yendo mal, de que es hora de volver a casa, de que todo c´est fini desde hacía rato. Depende de ti querer o no escucharlas. La primera señal la recibí cuando aún era de día, justo antes de salir de casa, en el momento en que mi mujer me dijo: —No será una cena y un par de cervezas. La última señal la recibí justo antes del amanecer, cuando el taxista le gritaba a Torres: —¡¿Te parece divertido esto , hijo de la gran puta?! En total fueron cinco las señales recibidas. En total fueron cinco las señales ignoradas por mí. A veces pienso que deberían darme algún tipo de reconocimiento —un diploma, al menos—, por ser tan gilipollas. —No te engañes. Mañana no podremos acudir a la comida —me dijo mi mujer. —Cenamos, un par de ce