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Mostrando entradas de junio, 2019

despedido

No serían ni las diez de la mañana cuando me desperté con la boca seca y media cara paralizada. En realidad, me despertó mi mujer, harta de verme llegar a casa tarde y borracho. ¿Qué coño se supone que esperaba? Se casó con la viva imagen del fracaso… He de decir en mi defensa que no era mi mejor momento vital, en cualquier caso. Acababa de perder mi curro como psicólogo en el centro de desintoxicación y mi matrimonio estaba al borde del colapso después de mis innumerables cagadas. Supongo que, en realidad, una cosa llevó a la otra. Cuando mi matrimonio comenzó a resentirse y el divorcio nos acechaba varias veces al día, empecé a beber más y más. Conforme más bebía, menos pasaba por casa. No solía acudir antes de la madrugada. Mal dormía y no tenía tiempo para cuidar mi imagen. A duras penas me alimentaba de algo que no fuesen snacks en bolsa y sólo bebía café y alcohol. No había un día en que no llegase tarde a trabajar, olvidaba mis reuniones y no cumplía con